El pulso que se siente en la muñeca —por ser allí don­de es más fácil localizar una gran arteria superficial— representa una onda de presión que se propaga a través de las arterias cada vez que la contracción del corazón in­yecta sangre en ellas. Generalmente se dice que el corazón de un adulto sano en reposo late a razón de 72 pulsacio­nes por minuto, como promedio; pero los márgenes nor­males varían entre 60 y 100.


El esfuerzo físico puede elevar el pulso a un máximo de 220 menos la edad de la per­sona; pero un pulso así de alto no puede mantenerse mucho tiempo. Si el esfuerzo continúa, el ritmo puede bajar a un 75 por ciento del valor máximo.


Como se hace medir el pulso en casa


Los medica­mentos, las hormonas, la fiebre, el ejercicio y las altera­ciones emocionales, a menudo causan una elevación temporal  del  ritmo cardiaco,  pero generalmente  no afectan el funcionamiento del corazón. Sin embargo, cuando el pulso se mantiene anormalmente alto o bajo, conviene consultar a un médico para que determine si es a causa de alguna enfermedad.


Hay que tomar en cuen­ta que las personas que hacen mucho ejercicio tienen siempre el pulso bajo cuando están en reposo, porque su corazón se ha hecho mucho más eficiente.